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Hola amigos/amigas:
Soy Esther de Mallorca. Actualmente vivo en Barcelona, ciudad que me gusta
mucho y me encuentro muy integrada a ella.
Hace nueve años, en 1990, me diagnosticaron seropositiva a las pruebas del
virus del SIDA (VIH). He de decir que mi relación con lo que se conoce como
«grupos de riesgo» empezó en el año 1983. Para entonces yo tenía 16 años,
salía con mis amigas y amigos, íbamos a la discoteca.
En aquella época se consumían drogas de todo tipo y indiscriminadamente, si
eres mujer y jovencita te las regalaban como si de chicle se tratara. Cuando
me di cuenta de la situación y las circunstancias en la que estaba, muchos
de mis amigos y amigas ya estaban sufriendo incluso con 20 años y en la
cárcel, con causas pendientes con la justicia, es decir, el mundo de las
drogas les había azotado duramente. Realmente, esta experiencia me sirvió
para darme cuenta de que todos nos podemos equivocar y todos merecemos una
nueva oportunidad.
En 1990, al enterarme de mi diagnóstico y ya trabajando en asociaciones para
procurar a las personas toxicómanas su ingreso y desintoxicación en centros
de rehabilitación, conocí el tema naturista, la vida relajada, la comida o
dieta biológica, etc. Empecé a cuidarme y a cultivar hábitos saludables. Me
enfrenté a mi misma, a mis miedos y me di cuenta de que estoy tan bien que
sería una inconsciencia por mi parte dejar mi salud en manos de la medicina
convencional.
He pasado seis años en los que no me he hecho ninguna prueba relacionada con
el VIH, pues el hecho de llegar a la consulta médica y escuchar el tema de
que «te vas a morir si no te sometes al tratamiento anti-retroviral» y
punto. Ya me parecía bastante ilógico y arbitrario, así que decidí no ir más
a hacerme las pruebas.
Yo, personalmente, no creo en los tratamientos convencionales, por el
contrario, estoy convencida de que son mortales.
No entiendo, cada uno de nosotros somos diferentes. Tenemos una personalidad
y un metabolismo diferente. Desde que nacemos traemos nuestro paquete de
salud, nuestro ADN, unos más débiles, otros más fuertes. Cuando uno es niño
y sabe esto entonces se da cuenta de que las personas somos seres
inteligentes y por lo tanto tenemos derecho a elegir como vivir.
Hace dos años y por curiosidad fui a Can Ruti a hacerme las pruebas del VIH
y la Carga Viral. El doctor, evidentemente, me daba el tratamiento y me
mandaba a casa como una chica buena. Cuando no me quiere dar otro
tratamiento para las enfermedades oportunistas, pero yo no creo en la
medicina convencional y sí en mi propia salud.
Procuro hacer después de mis obligaciones todo aquello que me gusta, aprendo
a estar conmigo misma, a situarme en un buen lugar, a aumentar mi
autoestima, a no dejarme marginar y a no marginar yo a los demás.
Casi un 90% de las personas que yo trataba antes de mi diagnóstico
resultaron ser seropositivas. Muchos tenían bebés preciosos que crecen
saludablemente, otros murieron sin saber su diagnóstico a causa de las
drogas y otros se suicidaban.
He mantenido ralaciones sexuales esporádicas (eso sí, uso preservativo) con
personas seronegativas, lo cual me alegra mucho ya que demuestra que con
precaución se puede llevar una vida completamente normal. Dicen los
pensadores de la nueva era: «sitúa tu alma y tu cuerpo en un lugar
apacible», «busca en tu corazón y encontrarás el tesoro la llave que todos
tenemos», «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy», «vive y sé feliz».
Bien, amigos, agradezco vuestro tiempo. Aprovecho para desearos que la luz
esté encendida en vuestros corazones para dar y recibir, buscar apoyo si lo
necesitáis. No estáis solos. |
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